«Todo comenzó con el sueño de dos personas, pero hoy es el sueño de muchos más»
Florencia y Germán partieron desde Ushuaia en una mini Van donde recorrieron toda la Patagonia. Luego, decidieron viajar a Europa haciendo escala en España, Italia, Francia y Grecia, entre otros países. Luego, visitaron La India, el país que les cambió la vida. A partir de ese momento, los viajeros comenzaron a pensar en la posibilidad de poder dejar su granito de arena para tratar de mejorar la calidad de vida de algunas de las personas que iban conociendo durante la estadía en ese país.
Fue en China en donde junto a otras personas con los mismos ideales Florencia y Germán comenzaron a sentar las bases para lo que luego sería el movimiento «De la mano por el mundo», que en principio transmitía esa misma filosofía que los dos argentinos habían recibido de tanta gente: compartir los conocimientos.
Movilizados por las realidades de las que eran testigos decidieron comenzar a compartir sus habilidades principalmente con los niños, tratando primero de conocer las historias, el lugar y la cultura.
La idea era bien clara: generar impactos positivos, dejar huellas.
Desde el 2012 Germán y Florencia reparten no sólo sonrisas a comunidades vulnerables sino que proveen además herramientas de desarrollo comunitario por medio de capacitaciones y talleres educativos.
Desde migrantes en Tijuana, México, familias enteras viviendo en basurales, Manila hasta comunidades indígenas marginadas en América Latina De la mano por el mundo se ha transformado en la voz de los olvidados del mundo.
Por Alejandro Gorenstein
Diario La Nación