En esta oportunidad lo hicimos en diferentes comunidades de Filipinas obteniendo resultados no positivos sino excelentes. Ellos pudieron vivir de forma intensa y ser parte de un circo desde adentro dejando salir la creatividad y explotando su imaginación.
Visitamos orfanatos, institutos, cementerios y comunidades; la mayoría de los niños no conocían lo que era un circo y sus actividades. A través del amor pudimos aprender «jugando» en este divertido mundo de las acrobacias y los malabares.
«Los niños del cementerio»
Estuvimos en La gran Capital de Filipinas En Manila y su cementerio al igual que en Cebu. Mausoleos que alojan a los cuerpos sirven de hogar para muchas familias. Gran parte de la población vive por debajo de la linea de pobreza por lo que muchas veces no es posible otra solución que vivir entre los muertos.
Para ellos sarcófagos de piedra y mármol sirven de camas y refugios.
Fue un día especial donde muchos niños disfrutaron de juegos y merienda. Pusimos un poco de color en sus vidas y ellos nos dieron toneladas de amor.
Sinceramente no esperábamos encontrar tanta felicidad en medio de lugares tan triste.
También visitamos la Isla de Malapascua, el orfanato del padre Noon, los niños del Barangay Lahug y niños que viven en la calle.
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