El mundo es inmenso, diverso y multicultural. Hay muchísimas razas y religiones pero llegamos a la conclusión de que al final todos somos uno. Todos deseamos cosas muy parecidas, da igual si eres Chino, Africano o Europeo, todos buscamos lo mismo: la felicidad y el amor.
Mientras mas viajamos mas nos damos cuenta que las diferencias entre los pueblos son ficticias y que nada tiene que ver con el espíritu de las personas. Sea cual fuere el camino, correcto o no, todos soñamos lo mismo y eso nos convierte en compañeros de sueños… en hermanos.
Gracias a todos esos hermanos del camino que nos hicieron sentir únicos y que nos enseñaron que cuando soñamos juntos, el sueño se puede convertir en realidad.
Sólo es capaz de realizar los sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto.
León Daudí